Imagen: GettyImages – Sports Illustraded
Pese a saber que se enfrentaban a Brasil, el más grande de los grandes, con un talento innato y, sobre todo, una estrategia y planteamiento impecables, Bielsa decidió salir a jugar como siempre en su encuentro por octavos de final. No que haya sido mala idea; después de todo, un equipo ultra ofensivo no se va a transformar de la noche a la mañana en la Italia tradicional, pero se enfrentaban a lo mejor que hay. Y así decidieron morir, con la frente en alto.
Este Chile encaja perfectamente con lo que busca en sus rivales la canarinha, muy alejada al jogo bonito de siempre. Mucha presión, movimientos rápidos, énfasis en ataque y pocos defensores. No se cierra, asume riesgos porque sabe que puede obtener resultados arriba. Y digamos que resultó por 10 minutos. Los de Bielsa salieron con todo, a matar, y Brasil los esperó, tranquilo, en su cancha.
Llegaron unas 3 veces, aunque con poca claridad. De alguna forma sorprendía, porque daba la impresión de que Brasil sufría más con Chile de lo que lo había hecho con Portugal. Pero una vez que recuperaron la pelota, hicieron presión como el mejor equipo defensivo lo hace, arriba, con todos, mismo Paraguay pero 200 veces más rápido. Era impresionante lo que se veía en el campo. Sin bien los chilenos intentaban presionar, Brasil anulaba todo con toques muy rápidos y precisos. La canarinha mantuvo en estado de sitio por más de 15 minutos al equipazo de Marcelo Bielsa, como dando una lección de autoridad a un hermano menor. Lo mejor que vi en él mundial.
No es que Chile haya jugado mal, solo que Brasil pudo anular todo el planteamiento de Bielsa. Lo que España solo logró con suerte, un candidato enorme e histórico lo hizo con autoridad. El hecho de que se haya abierto el partido por una pelota parada, ejecutada con maestría e ingenio por parte del defensor y quienes lo cubrían, solo demuestra que éste equipo está preparado para todo.
No es muy justo para Chile que la estadística muestre un 3-0 con Brasil y una derrota con España. Lamentablemente la falta de gol (o de golear, como debería de haber sido) frente a Suiza y Honduras terminó pasando factura. De haber pasado como 1ro de grupo se hubiesen enfrentado a un rival muchísimo más accesible (Portugal) y ya lo que venía después solo podían ser más laureles a un ya impresionante logro. Pero bueno, las estadísticas son así. Los que hemos tenido el placer de verlos, recordaremos al equipo agresivo que decidió morir en su ley frente a una versión mejorada y moderna del equipo más grande de todos los tiempos.
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