Foto: Reuters.
Antes de que el Barcelona jugara tan lindo, el Arsenal era el estandarte del fútbol de toque, paciente, preciso, constructor. Una misma ideología, representante tal vez de ideas de antaño, pero aplicadas al vértigo actual. Un choque entre ambos promete siempre espectáculo, incluso cuando las estadísticas de los últimos años pongan a los culés como favoritos.
El Barcelona jugó mejor pero, como bien dijo Valdés después del partido, acá no importa el juego, sino el marcador final. La presión aplicada por los gunners surtió efecto durante los primeros minutos de juego, y el Barcelona tenía dificultades para imponer sus ideas. Todo lo hermoso era de los ingleses, que tocaban como nunca, pero no lograban anotar. Y como la presión puede fácilmente convertirse en atolondramiento, un pase espectacular de Messi dejó a Villa (mal marcado por Koscielny) solito frente al arquero local (el nombre no es fácil de recordar!). Era 0-1, y la historia parecía ser la misma de siempre. Ya con el marcador a favor, los españoles son expertos tocando, apoderándose de la pelota, esperando y desesperando a los rivales. El Arsenal pudo haber sufrido peor suerte antes del final del 1er tiempo, pero no se dejó llevar por la desesperación y aguantó con algo de inteligencia. El 2do tiempo sería para remontar.
El problema del Barcelona, por más bonito que juegue, es que siempre hace lo mismo. Su eterna y paciente posesión en medio campo y sobre el del adversario, los hace una presa fácil ante una contra bien ejecutada. Pero BIEN ejecutada, el Barcelona está tan acostumbrado a jugar así, que retroceder es lo 2do mejor que hacen, después de tocar. Su punto débil no resulta tan débil, pero los ingleses tampoco son cualquier cosa. Una genialidad de Eboue para recuperar y distribuir, Cesc para aguantar y lanzarla hacia Nasri que corría ya solo hacia la banda. Inteligencia para esperar y abrir la pelota hacia Arshavin, que llegó solito y magistralmente la puso al fondo del arco. Un ejemplo de contraataque hacia el mundo futbolístico.
El primer gol llegó, más que por mérito del conjunto, por una genialidad de Van Persie. Tremendo golazo el que se metió, aunque me parece que Valdés pudo haber hecho más.
¿Podrá superar la valla el Barcelona en el Camp Nou? Todo esto tiene olor a Deja vu. Me decían, saliendo del trabajo, que ya el año pasado el Barça (o, mejor dicho, Messi) le metió 4 pepasas a los ingleses. Pero no es el mismo caso. El año pasado el Arsenal tenía que salir a matar, ya que habían recibido goles en calidad de local. No es lo mismo salirle a jugar al Barça, que esperarlo y salir en contra, sobre todo cuando los culés necesitan un gol.
El pronóstico es reservadísimo. ¿Aparecerán los fantasmas del Inter? El Arsenal tiene que tratar de asegurar, aunque sea, UN gol. Esperar en el Camp Nou puede resultar tan letal como intentar jugarles de igual a igual.
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