Tremendo partido el que vimos en San Siro, todo gracias a un Bayern que salió con el cuchillo en la mano, y unas ganas enormes de vengar la batalla del Bernabeu. Faltaron los goles, pero oportunidades tuvimos miles. Los Bávaros demostraron que juegan en serio, sin miedo y van por todo y contra todos. Tal vez no sea lo más inteligente defensivamente hablando (mostraron muchas debilidades al fondo), pero contaron con la lucidez de un Kraft imposible durante toda la noche.
Como para dejar en claro que la diferencia la hicieron 2 personas: Milito y, sobre todo, Mourinho. En la final de la Champions pasada tuvimos a un Bayern que si bien dominaba el juego, no concretaba muchas oportunidades de gol. Ésta vez, y con Ribery en cancha, el arco de Julio Cesar podría haber sido doblegado varias veces, de haber tenido los alemanes algo más de claridad en el ataque. Y como suele darse a veces, un grosero error del golero del Inter, después de un zapatazo violento de Robben, permitió a Mario Gómez anotar. Y eso que el alemán jugó un partido de horroroso a menos.
Linda jornada de Champions, que promete mucho para la vuelta en el Allianz Arena. Es difícil imaginar a un Bayern perdiendo, pero un solo gol le basta al Inter para poner las cosas parejas. Y en éste nivel de competencia, con éstos equipos, y en éste hermoso y apasionante deporte… cualquier cosa puede pasar.
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