Nos íbamos con un puntazo de Argentina pero ahora, gracias a una troleada épica de Paraguay en Colombia, nos vamos con un puntito y hay CINCO equipos al borde de un precipicio. La próxima fecha, el que no gana, no vas a Rusia.
Sumamos una vez más. Tal vez de todas las cosas notables del partido de hoy, es increíblemente la que menos resalta. Porque hemos vuelto a sumar de visita, y en Argentina, de donde no regresábamos con puntos desde aquel tan recordado partido (últimamente, al menos) en 1985 cuando Gareca nos mandó al repechaje con un gol casi al final. Y digo que resalta menos porque la victoria de Paraguay en Colombia le agrega matices inesperadas a nuestro último partido, precisamente frente al conjunto cafetero, y aunque este punto es muy valioso, rápidamente viene a la mente la necesidad de ganar. No hay más. La tabla es un desmadre apocalíptico, un reactor nuclear a punto de estallar, un recién operado en la UCI. Un castillo de naipes de 15 kilómetros de altura, el más mínimo movimiento puede hacer que todo se venga abajo. Una jenga con una última pieza por sacar.
Pero bueno, regresemos al partido.
Hoy discutía con un compañero sobre ésto de la lógica ilógica en el fútbol, y como cualquier medio-entendido te podría decir porqué sí existe. Pero claro, gramaticalmente no tiene sentido. ¿Tienen sentido los resultados en el fútbol? A veces sí, a veces no. No existe lógica, pero se da... Ya, son cosas que decimos todos los días. El resultado de hoy, como le decía, estaba sobre lo esperado: Argentina viene jugando mal, son el segundo equipo que menos goles tiene en las eliminatorias (solo le ganan a Bolivia), el buen momento de Perú, entre otras cosas. La localía y el tener a Messi son casi anecdóticos ahora porque en el campo de juego Perú, si bien sufrió por momentos, supo mantener el orden defensivo y la cabeza hasta para salir tocando por pocos ratos. El conjunto de Sampaoli hizo una presión constante que rindió efectos para encerrar en su campo a Perú, y Messi (de buen partido y poca fortuna) se las arregló para soltar algunas pelotas que nuestro arquero Pedro oh-por-favor-dios-nunca-te-lo-lleves-y-dale-juventud-eterna Gallese se encargó de detener. Aunque, hay que decirlo, 2 definiciones (difíciles) fueron directo al cuerpo del arquero peruano. Los argentinos se deben querer matar ahora por un Lavezzi o incluso el pipa.
Perú jugó poco con la pelota. Argentina se adueñó de la iniciativa y si bien tuvo unas 10 llegadas (con 5 claras y un palo providencial - gracias, oh entidad que gobiernas el universo-) la mayoría de sus intentos fueron ideas individuales más que de conjunto. Mascherano rompiendo líneas (a Banega se lo comió la cancha, parece) y movimientos aislados de Messi las pocas veces que pudo recibir DONDE NO DEBE, fueron el origen del peligro. Pero el resto de la posesión y los intentos de la albiceleste fueron insulsos. Logró presionar, sí. Atacaba, sí. Con precisión, muy poco. Para un equipo que tiene encima del 70% del dominio del juego (la cifra exacta debe estar por ahí), y solo generar 10 chances, 5 mas o menos claras , pues resulta poco.
Como dije, Perú jugó poco con la pelota, pero vaya que jugó cuando la tuvo. La precisión de los pases, la velocidad del juego, la claridad para salir sin perderla fue tremenda, aunque el parado en el campo, empujado por el parado argentino, hizo que de eso se vea muy poco. Aunque no parezca, el equipo de Sampaoli también tomó medidas para no dejar jugar a Perú, y en ese sentido Mascherano y la linea del medio hicieron un muy buen trabajo, especialmente aislando a Guerrero. Cuando hay mucha presión y defensas efectivas en ambos lados, hay poco juego, y eso se vio hoy.
Y para cerrar con broche de oro, el tiro libre de Guerrero al final, atajado por Romero. Tremendo zapatazo. Perú pudo haberlo ganado ahí.
Se viene la última fecha de las eliminatorias y, como mencioné antes, este resultado sumado a la victoria de Paraguay nos obliga a ganar ante Colombia. No que esto sea algo nuevo, siempre supimos que la verdadera final era esta, pero ahora que la tenemos en la cara, suena terrorífico. Ya no se necesita una calculadora normal, ahora vamos por una científica. Lo cierto es que hay mucha fe, mucho entusiasmo, y no solo en la gente, sino en que el equipo. Se nota que están preparados y se la creen.
Hace 36 años clasificamos a nuestro último mundial, y ahora estamos a 90 minutos (y una victoria) de volver a hacerlo. Vamos Perú. VAMOS CON TODO!!!
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