Sin fútbol, sin estrategia, pero con mucho amor propio, Argentina intentó y hasta tuvo la suerte de ponerse en ventaja. Francia le dio vuelta en 8 minutos. Messi y compañía regresan a casa.
Día 16 - Octavos de Final
No vieron la necesidad de jugar. Sin desmerecer el hecho de que sus rivales tenían a Messi, Francia no salió a disputarle la pelota a Argentina. Vieron en su inestable mediocampo y lenta defensa una oportunidad para Giroud, Griezmann y Mbappé. El planteamiento dio frutos rápido: después de varios intentos poco profundos (bien neutralizados por los laterales franceses), una corrida furiosa de Mbappé dejó a 4 jugadores argentinos muy lejos. Rojo fue el único que quedó detrás, y después de un cambio de ritmo adicional (¡¿¿Qué puso, sexta??!) no vió otra sino hacerle falta. Penal y Griezmann lo ejecutó con una frialdad casi alemana (inglesa?! :o). Iban 12 minutos del primer tiempo.
Los franceses parecían no sufrir nunca, mientras los Argentinos tenían la cara que ponemos los gorditos cuando nos piden hacer una plancha. El partido fue completamente intrascendente por media hora, mientras Argentina intentaba armar algo, y les bleus respondían con tremenda velocidad, aunque no con efectividad. Tanto Griezmann como Mbappé parecían estar 2 ó 3 cambios de velocidad por encima de cualquier argentino, y resultaban casi imparables, si bien no estaban exigiéndose al máximo. Y cuando el partido estaba al borde de caer en el aburrimiento, Di Maria recibió una pelota justo frente al área, y sacó tremendo zapatazo, de los que hace en cualquier lado menos en su selección. Golazo. Los argentinos encontraron una vida gratis y se volvieron a enchufar en el partido. Medio tiempo.
Tras el descanso las cosas no cambiaron mucho: Argentina seguía con la iniciativa, pero con un Di Maria enchufadísimo por la inyección de energía y confianza que le dio el gol. Y en una de esas cosas inexplicables que tiene el fútbol, un centro suyo terminó en los pies de Messi, de espaldas al arco, que gira y logra sacar un disparo con dirección de gol. Lloris, ve la pelota e intenta regresar al medio para pararla mientras que Mercado mueve la pierna con la intención de que la pelota pase limpia: no lo logra, el balón choca y este cambia de dirección. Un Lloris vencido no puede hacer sino mirarla entrar al arco: 2-1, Argentina da vuelta a un partido en el que no había hecho nada.
El fútbol le dio una cachetada a Francia, y estos tenían que demostrar tener el carácter necesario para recuperarse. Casi inmediatamente los laterales y los extremos se abrieron, haciendo un equipo más ancho para intentar rodear a los argentinos. El dominio fue total e indiscutido por los 11 minutos que le tomó a Mbappé hacer un doblete, dejando a varios rivales en el piso. El empate fue una joya del lateral (Pavard), que le dio en primera a una pelota que pasó toda el área rival sin que alguien la pueda despejar. Francia no necesitaba jugar en serio contra Argentina, fue lo que ellos estimaron, porque se sentían superiores. Los de Messi recurrieron al pundonor, y el momento en el que se adueñaron del partido (de pura casualidad), Deschamps empujó el acelerador y su equipo simplemente arrolló. La diferencia es tan grande, solo que por cosas del fútbol, el marcador reflejará otra cosa.
El último gol fue un centro épico de Messi hacia el Kun, que logró cabecearla hacia el arco. Los principales atacantes franceses ya no estaban en la cancha, y Argentina hasta casi lo empata (otra vez, de pura casualidad) en la última jugada.
El resultado es engañoso, pocas veces un equipo puede tener tanta suerte y aún asi no pasar. Pero cuando te toca un rival superior, a veces, no hay nada que se pueda hacer. Rusia 2018 seguirá sin Messi.
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