Porque la orejona dirá "Internazionale Milano", pero debería decir "José Mourinho". ¿Sí, o no?
Para ser honesto, detesto todo el argumento del "antifútbol". En la época que estamos, no podemos quejarnos por la manera que tienen los equipos de jugar. Si bien antes el deporte rey era un desfile de talento y elegancia, ahora predomina el físico, la inteligencia y la estrategia. Uno plantea los partidos para GANAR, o sacar un resultado que te convenga. Mi pasión por el fútbol comenzó por ahí, la estrategia que se requiere para plantear jugadas y partidos tan distintos. Pensemos en Grecia cuando ganó la Euro. Un equipo armado para lograr un objetivo, no gustar al público.
Y es que, al final de todo, ¿Qué es lo que importa, jugar bonito, o ganar? Más todavía en la FINAL del torneo más importante después del mundial (y hasta eso es discutible ahora), no te vas a poner a hacer locuras por "principios". A los que no les gusta ésta idea, están jodido porque el fútbol va a ser así de ahora en adelante (o ya es así desde hace un tiempo). Si el año pasado ganó el mejor equipo del mundo, por sus ideas, su toque y su manera de juego, éste año ganó una entidad totalmente distinta. Era cuestión de tiempo para que le den vuelta al Barcelona, y tenía que ser Mourinho, el anticristo del fútbol, el que lo lograra. Ésto es como el triunfo del mal, como si Lex Luthor le hubiese ganado a Superman. Es una nube negra que tapa todo lo bonito y armonioso que puede ser el Barça, la antimateria para la materia, una oscuridad que consume la brillante luz que genera un buen fútbol y la consume, lamata, la aniquila en un par de jugadas. Pero, ¿es eso necesariamente algo malo?
La hegemonía del Barcelona parecía imparable. Con una plantilla muy joven y más y más jugadores saliendo de sus canteras como si de pan fresco se tratara, no había nada en el horizonte próximo que nos diga que podía exitir algo (o alguien) capaz de detener a Messi y compañía. Era una tras otra, los culés se bajaron a todas las potencias europeas con las que se encontraron, y con humillación incluida. Pasando por sus archi-rivales, el Real Madrid, el Arsenal y el mismo Inter en ésta Champions, el Bayern, el Chelsea (aunque con algo de trampa), y el Manchester United en la anterior, cuando el equipo de Guardiola se ponía serio, no podías hacer nada. Hasta que, claro, llegó Mourinho.
Y miren que él estuvo muy tranquilito, callado, haciendo sus cosas en Italia. El Manchester los eliminó el año pasado y como que nada hacía parecer que iba a terminar ocurriendo esto. Pero su (declarado) odio por el Barça pudo más, se transformó en una entidad opuesta a Guardiola, y decidió hacer todo lo contrario al DT culé. Pero exactamente lo opuesto. Porque mientras el Barcelona se protege con la pelota, la guarda, la tiene, la mueve, el Inter la regala, no la busca, no la quiere. Te espera a que vayas hacia ellos, la rechazan, o intentan salir en un 1-2 para quedar mano a mano, solos,frente al arquero. El Barcelona te desespera, te hace sentir encerrado, inútil ante a una marca que no funciona y jugadores que nunca desperdician un pase. El Inter, todo lo contrario, te da una falsa y engañosa sensación de control, de seguridad, de que estás haciendo las cosas bien. Te permite llegar hacia ellos y tener la iniciativa en ataque. Sin querer, te obligan a presionarlo y adelantar tus líneas peligrosamente. Te ponen la trampa, y te hacen pisar el palito.
Es discutible la estrategia del Inter porque no buscan el gol. La idea de Mourinho es asumir que te van a atacar y que el rival va a terminar exponiendo sus debilidades. Es una técnica mata grandes, que terminó por darle una Champions después de casi 50 años al cuadro neroazzurri, la 2da entre los laureles de Mou.
Tanto se habló el año pasado de que si el Chelsea le ganaba al Barça en las semifinales jugando al "antifútbol", se estaría mandando un mal mensaje, y matando al deporte que tanto nos gusta. Pues, exactamente un año después de que el mejor equipo en la historia (probable, y sí, es discutible) se llevara la Champions y terminara ganando todo lo que se les cruzó en el camino, una ideología total y completamente opuesta ha aparecido para hacerle frente. Y tan opuesta es, que en lugar de quedarse y seguir con lo que ha construido (como está haciendo Guardiola) Mourinho se va y deja a un Inter que, según sus propias palabras, "ya camina solo".
El año que viene va a ser interesante. Ha surgido ésta entidad capaz de poner a prueba al equipo que todo lo pudo, y ahora lo hará desde la acera de enfrente. Con Mourinho tejiendo las redes para que se mueva un Real Madrid que NECESITA de un DT que sea más grande que sus estrellas, por fin las cosas podrían cambiar. Es muy posible que, después de muchos años, los merengues dejen de ser un fashion show de futbolistas para transformarse en un equipo de verdad, que pueda ser el verdadero antagonista que España y Europa necesitan ante el poder del Barcelona. No es el equipo, es Mourinho. La nube negra se va ahora hacia Concha Espina. La temporada que viene va a estar muy interesante...
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