¡GRACIAS, MUCHACHOS!
Con uno de los equipos más feos del campeonato (serio pe varón…), la selección peruana hace historia y le da una alegría incomparable a todo un país acostumbrado a otras cosas. Toda una generación acostumbrada a frustraciones ha vivido una aventura con muchísimos más altos que bajos y que, sin duda, nos deja muy esperanzados con cara a las eliminatorias.
Yo creo que Perú terminó haciendo con Venezuela lo mismo que hizo Uruguay en su semifinal. Salvando las distancias, un partido muy inteligente y aprovechando cada oportunidad al máximo. Con un Guerrero realmente fabuloso (el comentarista de Directv lo compara con Slatan Ibrahimovic y, hablando en serio, a Paolo técnica no le falta) y un Chiroque muy atrevido, el ataque peruano resultó tan efectivo como contundente. Yo esperaba un partido más o menos como el que se dio, con la blanquirroja más seria y cuidando el arco, mientras la vino tinto, más atrevida y ofensiva, se iba para adelante. Lo que no esperaba era una goleada como la que se dio. Es cierto que los llaneros cometieron serios errores, pero el mérito es siempre del equipo que capitaliza toda oportunidad que tiene. Sino miren lo que hizo Colombia frente Argentina o, incluso, frente a Perú.
Tampoco vamos a decir que fuimos el equipo perfecto, el medio campo sufre mucho para recuperar la pelota, pero los pases en un toque, las contras precisas… éste equipo ha demostrado una gran funcionalidad, pero ya de manera constante. No es cosa de un partido, lo cual es, sinceramente, muy esperanzador.
Venezuela no debería irse con la cabeza baja. Es feo perder así, pero tienen un muy merecido 4to puesto, por encima de Brasil, Argentina, y se bajaron a Chile. Como Perú terminó en una nota alta, sin duda es el equipo que “creció” que más llama la atención, pero lo de Venezuela es muy bueno también. Están para pelearle los partidos a cualquiera, y si van a caer, pues caerán haciendo sufrir a su rival. Hoy no lo pareció, pero hay que considerar también que Perú llegó más descansado, y con un Guerrero más armado que nunca.
Dudo que exista algún peruano que no haya aguantado alguna lagrimita por ahí. Hemos jugado partidos decisivos y triunfado, al menos en 2 de los 3. Yo nunca había vivido algo así con la selección. Toda una generación nunca lo vivió, y aquellos que recuerdan al equipo de inicios de los 80s, lo comparan con una selección que solía darnos éstas alegrías. No perdamos la costumbre pues. Aprovechemos la oportunidad para crecer, para ponernos la camiseta y, pase lo que pase, nunca dejar de alentar. ¡Arriba Perú, Carajo!
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