viernes, 12 de septiembre de 2008

Un gol que vale todo


Lo gritamos como nada. Anoche vivimos un momento histórico para nuestro fútbol. No fue una victoria, no fue un mundial ni nada parecido. Pero lo que ocurrió nos da una lección a todos. Argentina nos metió el gol y, literalmente, el país entró en depresión. Era lo mismo de siempre: jugando bien, jugando de manera ordenada, mentiéndole ganas... y todo al carajo por un par de errores. "Perú jugó como nunca pero perdió como siempre". Esa era la idea en nuestras cabezas. Pero mientras todos dejábamos de lado la poca esperanza que los 83 minutos previos nos hicieron sentir (típico de nosotros), y mucha gente abandonaba el estadio, nuestros jugadores no quisieron darse por vencidos. Argentina se puso a retener la pelota, y nosotros nos desesperamos más, pero nuestra selección no se rindió. Esperaron inteligentemente a que Argentina se atreva a avanzar y no retenga la pelota para quitarla y lanzarse al ataque. Y cuando faltaban 30 segundos para que entremos en crisis nacional, vimos algo poco común en nuestro fútbol.

No se rendían. Le lucharon la pelota a Messi, Vargas la pasó y se fue corriendo al ataque, se la devolvieron y Juan Manuel corrió. Corrió porque el corazón todavía le latía, corrió porque esa camiseta tenía nuestros colores. Aguantó a Battaglia, se lo sacó de encima y lanzó el centro de su vida. Fano, que lo vió correr y se lanzó con todo, desvió la pelota hacia el arco como los mejores. Una jugada con ganas, con huevos, con corazón. Gol.

Por algo me gusta el fútbol. Porque nada puede hacerte sentir asi. Porque ese grito, esos segundos y esa emoción NUNCA la vamos a olvidar. Sí, búrlense ustedes que viven en otros paises, pero cosas como éstas no nos pasan tan seguido. Menos contra Argentina, y menos después de los últimos años que le tocó vivir a nuestra selección. No quiero decir que ya estamos listos para ir al mundial y que vamos a ganar los partidos que se nos vienen... nop. Pero es una oportunidad, una inyección de confianza y orgullo que nuestra camiseta no recibe en muchísimo tiempo. No veamos la tabla, confiemos en el equipo. Si algo nos han enseñado anoche es que jamás, jamás de los jamases debemos abandonar a nuestros colores. Por nosotros, por nuestro pais, por Vargas, por Fano y por todos los que estuvieron en esa cancha matándose por el Perú.

En un momento en el que gritamos goles cada vez que pasa el cometa Halley y con la desilución que muchos han sentido, deberíamos aprender de lo de anoche. A no rendirnos, a insistir, a apoyar. Lo que hizo Vargas es reflejo de lo que todos hicieron durante el partido. Es digno de admiración pero, dicha sea la verdad, es algo que deberíamos hacer todos. Encendieron la luz de una esperanza, no de ir al mundial, pero de ver a una selección que nos llene de orgullo. Espero, nada más, que sepamos apreciarlo.

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