domingo, 25 de abril de 2010

Bávaro, por siempre…


El Bayern Munich no llegaba a semifinales de la Champions desde que la ganó, en el 2001. En los últimos años ha llegado casi siempre con relativa comodidad a 4tos, para de ahí caer derrotado, sea por mala suerte, o por encontrarse simplemente con un rival superior.

Entenderán la enorme dicha que siento al ver a mi equipo llegar tan lejos, y ganándole nada más y nada menos que al rival que nos trae siempre un recuerdo amargo: el Manchester United. Ojo que la historia en competencias europeas entre éstos 2 gigantes siempre ha sido favorable al equipo alemán, pero el ingrato recuerdo de la final del 99 siempre estará ahí, como algo imborrable para muchos, o una trágica y lejana historia de otros tiempos para otros.

Como leí en algún momento, el único amor sincero, honesto y al que siempre le vamos a ser fiel, es al que sentimos por nuestra camiseta, nuestros colores. El amor por un equipo nace de circunstancias distintas para cada uno, pero cuando se instala en tu cabeza, ya nadie lo puede borrar. Un hincha será un hincha hasta que se muera. Aún cuando no me gustaba mucho el fútbol, me sentía hincha del Bayern. Fue una decisión medio atolondrada mientras veía un partido de la Champions junto a un amigo, allá por 1998. Fue algo así como “Ya, yo le voy a los rojos”. Y ya. Primero me averigüé el nombre, de ahí cómo era la camiseta. Poco o casi nada sabía de fútbol, así que verlo era algo complicado: me interesaba muy poco. Pero a través de los años seguía al equipo (más que nada a través de internet, me hice fan de rojadirecta.com) para saber cómo le iba en su liga. La Champions era todavía inexistente para mi (o al menos no entendía su importancia) y las veces que veía los partidos por ESPN, ni entendía las jugadas. Me alegraba por los goles y punto.

Muchos años después fue que me convertí en un loco por el fútbol. Fue en ese momento que re-descubrí  a mi equipo y realmente entendí lo que era ser un hincha. Y pese a ciertos fracasos y demás temas algo dolorosos, cada cierto tiempo el Bayern me da razones para quererlo más. Como hace unos años en el partido de vuelta  de 4tos de la Copa UEFA, frente al Getafe. Viejo equipo con experiencia copera, se supo defender y se llevó un empate de Munich. Obligado a ganar y SIEMPRE (como todo alemán) con coraje y vocación ofensiva, salió a matar en España. Y, al menos el primer tiempo, salió casi muerto. El Getafe ganaba 3-0 con tremendos golazos de contragolpe. El gigante caía frente a un David muy crecido y que había sido más inteligente.

Pero los grandes no lo son por gusto. Y así fue que a punta de esfuerzo y empuje, llegaron los 3 goles que permitieron el empate y la clasificación, el último de ellos al minuto 94. Cosas así me hacen preguntar cómo es que puede existir en el mundo gente a la que no le guste el fútbol. Tremendo lo del Bayern, heroico lo del Getafe.

Otra gran batalla fue la llave contra el Real Madrid, donde Makaay anotaría el gol más rápido en la historia de la Champions. El dolor vendría después, con la eliminación de la mano del AC Milan.

Éste año hubieron tantos momentos. La histórica y tremenda goleada a la Juve en su cancha, las recuperaciones casi instantáneas frente a la ventaja que siempre nos sacó la Fiore, también en su estadio, la victoria frente al Manchester en Munich, y el golazazazazo de Arjen Robben en el Old Trafford. Cierto es que el Manchester tuvo la mala suerte de perder a su corazón (Rooney) y que el joven Rafael pusiera a su equipo en tremenda desventaja por su inexperiencia, pero fue el equipo Alemán el que supo encerrar al Manchester frente al espacio que le dejaron.

Ahora toca ir a Francia a defender la mínima ventaja obtenida en casa. Preferible es no sacar conclusiones porque, la verdad, no existe el rival chico. Mejor pensar en la lucha que tienen los otros 2. El Inter fue inteligente al defenderse y el Barcelona no pudo romper realmente el candado. ¿Podrán repetir la hazaña en el Camp Nou? Uno podría decir que es probable pero, la verdad, ese Barcelona campeón de todo es intratable cuando quiere ganar. Está bonita ésta Champions, aunque junto a la alegría que siento por donde estamos, también hay un enorme nerviosismo por lo que puede pasar. Vao Bayern!

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